Aventuras sin ataduras Arucas
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Gorm y Maren Gondesen en la cubierta del Nica el pasado miércoles, en plenas labores de mantenimiento. Sin ataduras, sin horarios ni limitaciones.
La bandera germana ondea en la popa al ritmo de los vientos Alisios. Todo es tan nuevo que parece recién salido del taller. Durante varias semanas recorrieron estos pequeños territorios, a medio camino entre Gran Bretaña y Francia. De momento han visitado Gran Canaria y Lanzarote, pero esperan partir este mismo fin de semana a Tenerife, para después pasar varias semanas por La Palma y El Hierro.
Al fin y al cabo, el Nica es el sexto barco de este aficionado a los mares. En su espacioso interior pueden alojarse hasta nueve huéspedes.
Cuatro entre las dos habitaciones de invitados y cinco en la suite principal. Desde que embarcaron en Alemania hace ya cuatro meses la vida de a bordo se ha convertido en su rutina diaria. Esta pareja de empresarios disfruta unos días y otros realiza tareas de mantenimiento.
El pasado miércoles Maren se afanaba en limpiar varias piezas del barco. Mientras, su esposo no paraba de un lado para otro. Hay que revisar siempre las velas entre otros instrumentos. La energía la obtienen a través de un innovador sistema. Mientras la mayoría de sus vecinos en el Muelle Deportivo generan la electricidad gracias a las placas solares, ellos cuentan con una pala que logra reproducir energía mareo motriz, a través del movimiento de las olas y del mar mientras navegan.